viernes, 10 de junio de 2016

2.10. coronavirus marcela calderon






Los coronavirus son virus de RNA de gran tamaño con envoltura. Los coronavirus humanos producen resfriados comunes y se les ha atribuido participación en la gastroenteritis de lactantes. Un coronavirus nuevo se  identifica como  la causa de un brote epidémico mundial  de  un  síndrome  respiratorio  agudo  grave.
Los coronavirus son partículas de 120 a 160 nm, con envoltura que contienen un genoma no segmentado de RNA monocatenario de polaridad positiva (27 a 32 kb), el genoma más grande entre los virus de ácido ribonucleico. Los genomas son poliadenilados en el extremo 3′. El RNA genómico aislado es infeccioso.
La nucleocápside helicoidal tiene un diámetro de 9 a 11 nanómetros. En la superficie externa de la envoltura hay proyecciones ampliamente espaciadas de forma de palo de golf o de pétalo de 20 nm de longitud, sugestivas de una corona solar.
Los Coronaviridae son una de dos familias, junto con los Asteriviridae, del orden Nidovirales. Las características que se utilizan para clasificar a  los Coronaviridae  son  la morfología de  la partícula, la estrategia de replicación de RNA singular, la organización del genoma y la homología de secuencia del nucleótido. Los virus también pueden clasificarse en los mismos grupos basándose en el análisis de secuencia del genoma.
Puesto que los coronavirus humanos no se multiplican bien en cultivo celular, los detalles de la replicación viral se han descubierto en estudios con virus de  la hepatitis del  ratón, que está íntimamente relacionado con la cepa humana.


El ciclo de replicación ocurre en el citoplasma de las células.
El virus  se adhiere a  los  receptores en  las dianas células.
El receptor para el coronavirus humano 229E es una aminopeptidasa N en tanto que un receptor funcional para el virus del SARS es  la enzima convertidora de angiotensina.
2. Múltiples  isomorfas de  la  familia de  las glicoproteínas relacionadas con el antígeno carcinoembrionario sirven de receptores para el coronavirus del ratón. La partícula es luego  interiorizada, probablemente mediante  endocitosis  con absorción. La glucoproteínas puede causar fusión de la envoltura viral con la membrana celular.
Los coronavirus muestran una gran frecuencia de mutación durante cada ronda de replicación,  lo que comprende  la generación de una alta  frecuencia de mutaciones por deleción. Los coronavirus  experimentan  una  recombinación muy  frecuente durante la replicación; esto es infrecuente para un virus de RNA con un genoma no segmentado y puede contribuir a  la evolución de nuevas cepas de virus.
Los  coronavirus  tienden  a  ser muy  específicos de  especies. Es poco lo que se sabe sobre la patogenia de las infecciones por coronavirus en el ser humano. La mayor parte de los coronavirus y animales conocidos muestran un tropismo para las células epiteliales del sistema respiratorio o del  tubo digestivo. Las infecciones por coronavirus en el ser humano suelen mantenerse limitadas a las vías respiratorias altas.
El virus también se puede detectar en otros órganos como riñón, hígado e intestino delgado, lo mismo que en las heces. El virus del SARS probablemente se originó en un hospedador no humano, muy posiblemente murciélagos, se amplificó en civetas de palmera y se transmitió al ser humano en  los mercados de hígado animal. Los murciélagos de herradura chinos son reservorios naturales de coronavirus similares al del SARS. En regiones rurales del sur de China, donde comenzó el brote epidémico, las personas, los cerdos y las aves domésticas viven  juntos y hay un uso generalizado de especies silvestres para alimentación y medicina tradicional (condiciones que favorecen el surgimiento de nuevas cepas virales)
Los coronavirus humanos producen “resfriados comunes”, por lo general afebriles, en los adultos. Los síntomas son similares a los producidos por rinovirus, caracterizados por secreción nasal y ataque al estado general. El periodo de incubación es de dos a cinco días y  los  síntomas  suelen persistir durante una  semana aproximadamente. Raras veces resultan afectadas las vías respiratorias bajas, aunque la neumonía en reclutas se ha atribuido a infección por coronavirus.
El coronavirus del SARS produce enfermedad respiratoria grave. El periodo de incubación promedia los seis días. Los primeros síntomas frecuentes son fiebres, ataque al estado general, escalofríos, cefaleas somnolencia, tos y faringitis, seguida algunos días después de disnea.
Al  igual que con otros virus  respiratorios,  sobreviene  inmunidad pero no  es  absoluta. La  inmunidad  contra  el  antígeno de proyección de  la  superficie probablemente es muy  importante para  la protección. La  resistencia a  la  reinfección puede durar varios años, pero son frecuentes  las reinfecciones por cepas similares.
A.  Detección de antígeno y ácido nucleico
Los antígenos de coronavirus presentes en  las células de secreciones  respiratorias pueden detectarse utilizando  la prueba de ELISA si se dispone de un antisuero de gran calidad. Se pueden detectar coronavirus entéricos mediante el examen de muestras de heces en el microscopio electrónico.
     B.  Aislamiento e identificación del virus
El  aislamiento de  los  coronavirus humanos  en  cultivo  celular ha sido difícil. Sin embargo, el virus del SARS se aisló de muestras de la bucofaríngea utilizando células renales de mono.
C.  Diagnóstico serológico
Dada  la dificultad del  aislamiento del  virus,  el diagnóstico  serológico utilizando sueros en etapa aguda y convaleciente es el medio práctico de confirmar las infecciones por coronavirus. Se pueden utilizar ELISA y pruebas de hemaglutinación. utilizando una prueba de hemaglutinación pasiva en la cual los eritrocitos cubiertos con antígeno de coronavirus son aglutinados por sueros que contienen anticuerpo.
Los coronavirus tienen una distribución mundial. Son una causa importante de  enfermedad  respiratoria  en  los  adultos durante algunos meses de  invierno cuando es alta  la  frecuencia de resfriados comunes, pero es infrecuente el aislamiento de rinovirus u  otros  virus  respiratorios. Tienden  a  relacionarse  con  brotes epidémicos bien definidos.
Los anticuerpos para los coronavirus respiratorios aparecen en la infancia, aumenta su prevalencia con la edad y se encuentran en más de 90% de los adultos. Al parecer la reinfección con síntomas puede presentarse tras un periodo de un año.
Los  coronavirus  suelen  relacionarse  con  enfermedades respiratorias agudas en  los ancianos,  junto con  los  rinovirus,el  virus  de  influenza y el virus  sincitial  respiratorio. Se estima que  la  frecuencia de  infección por coronavirus es de casi la mitad que la originada por rinovirus y es equivalente a la de estos dos últimos virus. Se ha demostrado que el coronavirus que produce SARS puede transmitirse en el aire en un contexto clínico, lo que indica que podría ocurrir la transmisión a través del aire. Asimismo,  se ha observado  la  contaminación por el virus del SARS de superficies tocadas con frecuencia, como lacama (fómites).

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