PAROTIDITIS
Es una enfermedad
infectocontagiosa viral, aguda, sistémica, que se caracteriza por aumento de
volumen de las glándulas salivales, principalmente las parótidas. La
enfermedad, conocida desde la antigüedad, fue descrita por Hipócrates en el
siglo v a.C. Esta afección, frecuente en la infancia, es producida por el virus
parotiditis en regiones donde la vacunación antiparotiditis no se usa en forma
sistemática.
PROPIEDADES
El virus de la parotiditis
pertenece a la familia de los Paramixoviridae, subfamilia Paramyxovirinae,
género Rubulavirus. Es un virus ARN de 150-200 nm de diámetro, de simetría
helicoidal con manto. Su genoma es una hebra de polaridad negativa, y conforma
una nucleocápsula con otras proteínas, incluyendo una ARN polimerasa; del manto
lipídico emergen las glicoproteínas virales hemaglutinina (HA), neuroaminidasa
(N) y de fusión (F). El virus ingresa fusionando su envoltura lipídica con la
membrana celular y la replicación ocurre en el citoplasma. El ARN genómico es
liberado en el citoplasma, donde la ARN polimerasa que porta el virus sintetiza
en primer lugar moléculas de ARN de polaridad positiva (ARN+), que actuarán de
mensajeros y de molde para sintetizar los ARN (-) genómicos; luego se forman
las proteínas estructurales de la nucleocápsula y de la envoltura. Estas
últimas son glicosiladas y trasladadas a la membrana celular, donde se produce
el ensamblaje de las partículas virales, que forman la nucleocápsula; luego el
virus adquiere su manto por yemación desde la membrana celular al momento de la
liberación viral desde la célula.
PATOGENIA E INMUNIDAD
La infección se trasmite a través
de secreciones respiratorias o de la saliva. La puerta de entrada del virus es
la mucosa respiratoria, donde se produce la primera replicación ; la progenie
viral pasa a la sangre produciendo una viremia, desde donde el virus puede
alcanzar distintos órganos y sistemas
La infección natural produce
respuesta inmune humoral y celular, que confiere protección durante toda la
vida. Los nuevos contactos con el virus generalmente son asintomáticos y
aumentan los anticuerpos séricos. Los anticuerpos cruzan la placenta, por lo
que lactantes pequeños están protegidos de la enfermedad.
EPIDEMIOLOGÍA
El hombre es el único reservorio del virus.
Antes de la era de la vacuna la parotiditis era una enfermedad endémica con
brotes epidémicos cada dos a cinco años. En Chile, donde es una enfermedad de
notificación obligatoria, su frecuencia ha disminuido enormemente desde la
incorporación de la vacuna al calendario habitual de vacunas en 1990. La tasa de
incidencia en Chile era de 198 casos x 100.000 habitantes antes de 1990, y
aunque en 2007 disminuyó a 9 casos x 1 00.000 habitantes, la parotiditis no se
ha erradicado.
La enfermedad se presenta en poblaciones
susceptibles, entre los cinco y nueve años, aunque también puede trasladarse a
edades mayores. En nuestro medio, el 84% de los casos es en menor de quince
años, sin diferencias de sexo (Figura 16- 1 0). En el último tiempo se han
presentado brotes epidémicos importantes en Europa, los EE.UU., Canadá y
Venezuela.
El virus se trasmite a través de la saliva o secreciones
respiratorias, por lo que el contacto puede ser directo entre personas o
indirecto a través de las manos u objetos contaminados. El período de contagio
contempla desde dos días antes del comienzo del cuadro clínico hasta cinco días
después. El período de incubación es de dos a cuatro semanas (promedio 16-18
días). La enfermedad es más prevalente a fines del invierno y en primavera. Son
frecuentes los casos asintomáticos, que constituyen una fuente importante de
infección.
CUADRO CLÍNICO
Luego de un período prodrómico de uno a dos
días con malestar general, cefalea y febrículas, aparece el aumento de volumen
de las parótidas, que puede ser bilateral o menos frecuentemente unilateral.
Característicamente, la tumefacción se observa en la rama ascendente del
maxilar inferior, levantando el lóbulo de la oreja. El límite es impreciso y es
discretamente dolorosa a la palpación y también al hablar o comer; puede haber
trismo. La piel no tiene signos inflamatorios como calor local o eritema.
Además del compromiso de las parótidas, pueden comprometerse las glándulas
submaxilares o sublinguales. En la mucosa bucal se puede observar edema y
eritema en el conducto de Stenon. Generalmente la enfermedad se presenta con
inapetencia, dolor abdominal y fiebre moderada. En casos no complicados la
sintomatología dura una semana. El diagnóstico de laboratorio se puede realizar
por aislamiento viral en células de riñón de mono, a partir de muestras de
saliva, orina o LCR. Sin embargo, actualmente estas muestras se estudian con
RT-PCR, que es más sensible. Se puede hacer serología por ELISA para detectar
infección aguda (lgM) o estado de susceptibilidad/inmunidad (lgG). En países
con buena cobertura de vacuna antiparotiditis también debe investigarse
enterovirus, virus parainfluenza y Epstein-Barr como posibles agentes
etiológicos. El tratamiento es sintomático. Se recomienda aislamiento de
contagio respiratorio hasta nueve días de iniciado el cuadro clínico
COMPLICACIONES
Si bien la infección es
generalmente benigna y autolimitada, el compromiso de otros órganos blanco,
especialmente el sistema nervioso y los testículos, se consideran
complicaciones debido a las cuales se han desarrollado y aplicado vacunas
contra el virus parotiditis.
- Meningitis y meningoencefalitis. El virus parotiditis es el principal causante de meningitis infantil en regiones donde no se vacuna sistemáticamente
- Orquitis. Se presenta principalmente· en la edad pospubertad (25% al 40% de los infectados), y es excepcional en niños menores. Se produce una inflamación dolorosa de uno o ambos testículos, acompañada de fiebre y cefalea.
- Pancreatitis. Es poco frecuente y se presenta con dolor abdominal intenso. Puede haber aumento de amilasemia y amilasuria sólo por la inflamación de las parótidas.
- Sordera. Es poco frecuente y se presenta una semana después del aumento de volumen parotideo; en general se recupera después de dos o tres semanas.
PREVENCIÓN
Existe una vacuna por virus vivo atenuado que
se usa en conjunto con la vacuna contra sarampión y rubéola (MMR).Se producen escasas reacciones adversas. Está
contraindicada en inmunodeprimidos y embarazadas. No ha demostrado utilidad en
prevención postexposición.
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