viernes, 10 de junio de 2016

ENFERMEDADES PRODUCIDAS POR LOS VIRUS

PAROTIDITIS

Es una enfermedad infectocontagiosa viral, aguda, sistémica, que se caracteriza por aumento de volumen de las glándulas salivales, principalmente las parótidas. La enfermedad, conocida desde la antigüedad, fue descrita por Hipócrates en el siglo v a.C. Esta afección, frecuente en la infancia, es producida por el virus parotiditis en regiones donde la vacunación antiparotiditis no se usa en forma sistemática.

PROPIEDADES
El virus de la parotiditis pertenece a la familia de los Paramixoviridae, subfamilia Paramyxovirinae, género Rubulavirus. Es un virus ARN de 150-200 nm de diámetro, de simetría helicoidal con manto. Su genoma es una hebra de polaridad negativa, y conforma una nucleocápsula con otras proteínas, incluyendo una ARN polimerasa; del manto lipídico emergen las glicoproteínas virales hemaglutinina (HA), neuroaminidasa (N) y de fusión (F). El virus ingresa fusionando su envoltura lipídica con la membrana celular y la replicación ocurre en el citoplasma. El ARN genómico es liberado en el citoplasma, donde la ARN polimerasa que porta el virus sintetiza en primer lugar moléculas de ARN de polaridad positiva (ARN+), que actuarán de mensajeros y de molde para sintetizar los ARN (-) genómicos; luego se forman las proteínas estructurales de la nucleocápsula y de la envoltura. Estas últimas son glicosiladas y trasladadas a la membrana celular, donde se produce el ensamblaje de las partículas virales, que forman la nucleocápsula; luego el virus adquiere su manto por yemación desde la membrana celular al momento de la liberación viral desde la célula.

PATOGENIA E INMUNIDAD

La infección se trasmite a través de secreciones respiratorias o de la saliva. La puerta de entrada del virus es la mucosa respiratoria, donde se produce la primera replicación ; la progenie viral pasa a la sangre produciendo una viremia, desde donde el virus puede alcanzar distintos órganos y sistemas
La infección natural produce respuesta inmune humoral y celular, que confiere protección durante toda la vida. Los nuevos contactos con el virus generalmente son asintomáticos y aumentan los anticuerpos séricos. Los anticuerpos cruzan la placenta, por lo que lactantes pequeños están protegidos de la enfermedad.

EPIDEMIOLOGÍA

 El hombre es el único reservorio del virus. Antes de la era de la vacuna la parotiditis era una enfermedad endémica con brotes epidémicos cada dos a cinco años. En Chile, donde es una enfermedad de notificación obligatoria, su frecuencia ha disminuido enormemente desde la incorporación de la vacuna al calendario habitual de vacunas en 1990. La tasa de incidencia en Chile era de 198 casos x 100.000 habitantes antes de 1990, y aunque en 2007 disminuyó a 9 casos x 1 00.000 habitantes, la parotiditis no se ha erradicado.

La enfermedad se presenta en poblaciones susceptibles, entre los cinco y nueve años, aunque también puede trasladarse a edades mayores. En nuestro medio, el 84% de los casos es en menor de quince años, sin diferencias de sexo (Figura 16- 1 0). En el último tiempo se han presentado brotes epidémicos importantes en Europa, los EE.UU., Canadá y Venezuela.
El virus se trasmite a través de la saliva o secreciones respiratorias, por lo que el contacto puede ser directo entre personas o indirecto a través de las manos u objetos contaminados. El período de contagio contempla desde dos días antes del comienzo del cuadro clínico hasta cinco días después. El período de incubación es de dos a cuatro semanas (promedio 16-18 días). La enfermedad es más prevalente a fines del invierno y en primavera. Son frecuentes los casos asintomáticos, que constituyen una fuente importante de infección.

 CUADRO CLÍNICO

 Luego de un período prodrómico de uno a dos días con malestar general, cefalea y febrículas, aparece el aumento de volumen de las parótidas, que puede ser bilateral o menos frecuentemente unilateral. Característicamente, la tumefacción se observa en la rama ascendente del maxilar inferior, levantando el lóbulo de la oreja. El límite es impreciso y es discretamente dolorosa a la palpación y también al hablar o comer; puede haber trismo. La piel no tiene signos inflamatorios como calor local o eritema. Además del compromiso de las parótidas, pueden comprometerse las glándulas submaxilares o sublinguales. En la mucosa bucal se puede observar edema y eritema en el conducto de Stenon. Generalmente la enfermedad se presenta con inapetencia, dolor abdominal y fiebre moderada. En casos no complicados la sintomatología dura una semana. El diagnóstico de laboratorio se puede realizar por aislamiento viral en células de riñón de mono, a partir de muestras de saliva, orina o LCR. Sin embargo, actualmente estas muestras se estudian con RT-PCR, que es más sensible. Se puede hacer serología por ELISA para detectar infección aguda (lgM) o estado de susceptibilidad/inmunidad (lgG). En países con buena cobertura de vacuna antiparotiditis también debe investigarse enterovirus, virus parainfluenza y Epstein-Barr como posibles agentes etiológicos. El tratamiento es sintomático. Se recomienda aislamiento de contagio respiratorio hasta nueve días de iniciado el cuadro clínico

COMPLICACIONES

Si bien la infección es generalmente benigna y autolimitada, el compromiso de otros órganos blanco, especialmente el sistema nervioso y los testículos, se consideran complicaciones debido a las cuales se han desarrollado y aplicado vacunas contra el virus parotiditis.

  • Meningitis y meningoencefalitis. El virus parotiditis es el principal causante de meningitis infantil en regiones donde no se vacuna sistemáticamente

  • Orquitis. Se presenta principalmente· en la edad pospubertad (25% al 40% de los infectados), y es excepcional en niños menores. Se produce una inflamación dolorosa de uno o ambos testículos, acompañada de fiebre y cefalea.

  • Pancreatitis. Es poco frecuente y se presenta con dolor abdominal intenso. Puede haber aumento de amilasemia y amilasuria sólo por la inflamación de las parótidas.

  • Sordera. Es poco frecuente y se presenta una semana después del aumento de volumen parotideo; en general se recupera después de dos o tres semanas.


 PREVENCIÓN

 Existe una vacuna por virus vivo atenuado que se usa en conjunto con la vacuna contra sarampión y rubéola (MMR).Se producen escasas reacciones adversas. Está contraindicada en inmunodeprimidos y embarazadas. No ha demostrado utilidad en prevención postexposición.

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